“Políticas culturales” es un término que provoca ecos sombríos en mi memoria. Una resonancia triste: la de las oportunidades perdidas; las energías dilapidadas; el cambio que tantas veces hemos visto próximo y siempre se desvanece.
“Políticas culturales” es también el debate eternamente pendiente en nuestro pequeño mundo, el del arte, donde se especula tanto sobre arte político pero se calla tantísimo de la gestión de los recursos públicos, que en realidad son los únicos que tenemos.
“Políticas culturales”: el no-lugar, la zona muerta. Deberían ser la palanca que trae a la luz los conflictos soterrados, que los pone sobre la mesa. O mejor, que los sube al ring y hace sonar la campana para que empiece el combate. Pero esa palanca que debería mover la sociedad se convierte en cuchara, una veces chiquita, cucharilla, y otras enorme, cucharón, que va derecha al cazo de las instituciones. Cada cual saca lo que puede, y se te toca tropezón, mejor.
La lectura de los programas con que los partidos de izquierda compiten por nuestros votos el 24 de mayo no sólo confirma, sino intensifica mi desasosiego. Los errores se perpetúan y las pocas innovaciones que algunos se atreven a esbozar son abiertamente destructivas. El arte de Madrid va a poder salvar muy poco de este previsible naufragio. Hace treinta años, cuando todo se hacía mal o peor, nadie quería asumir el rol de pájaro de mal agüero y predecir la debacle en que nos encontramos. De aquellos polvos estos lodos. Treinta años perdidos. Ahora nos enfrentamos a otros 30 más, a la repetición cansina del “Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi”, donde bailarán los cargos, se reorganizarán presupuestos, se promoverán algunos espacios en detrimento de otros, pero nada en el arte cambiará. Perdón por la divagación. Pasemos a lo que ocupa este artículo: el análisis de las propuestas relacionadas con la creación artística en estos programas. No me voy a remitir a las entrevistas que publiqué las semanas anteriores, que quizás dan una idea mucho más clara de por donde va realmente cada partido, sólo a la letra impresa. Advertencia: esto es mucho peor de lo que esperábamos ninguno.
1º AHORA MADRID
Ahora Madrid es una formación “instrumental”, así le dicen en la prensa, que reúne fuerzas de Ganemos, Podemos, algunos veteranos de IU y otras agrupaciones del movimiento municipalista. Se presenta sólo al Ayuntamiento de Madrid.
El programa, que es muy minucioso, apenas presta atención a la cultura. Aparece como el apartado 3.4.2 -
Democratización de la cultura - de la sección 3.4 -
Mejorar la calidad de vida, reconociendo la diversidad de la población de Madrid - en el área 3 -
Derechos sociales e inclusión social.
El primer punto es bueno: crear una Concejalía de Cultura (…) con “presupuesto suficiente”. ¿Lo dirán en serio? ¿Presupuesto suficiente para cultura, en una ciudad con una deuda de 7.000 millones euros y dotaciones descomunales que nadie quiere cerrar?
Los otros cinco puntos son muy generales y su aplicación queda totalmente abierta a la imaginación del concejal correspondiente. El acento está sobre todo en la participación, hay una sola alusión al arte ( e-
Recuperar el uso de la calle y los espacios verdes para la creación de un arte independiente), que nos deja con la duda de qué será un arte independiente. Hasta ahora llamábamos independientes a las iniciativas que se hacían al margen o sobre todo en contra de las instituciones. Hablar de arte en la calle en vez de plantearlo dentro de un debate más amplio sobre el espacio público me parece en cualquier caso una simplificación, corren el riesgo de acabar definiéndolo como Ana Botella en el PECAM: lo que está entre las casas. Pero es muy posible que se refieran sólo al graffiti. No hay propuestas relativas a un sistema de apoyo o estímulo a la creación experimental.
Por la falta de concreción del programa resulta muy difícil ir más allá en este análisis, pero el que no se propongan una transformación profunda de las políticas culturales que hemos sufrido en los últimos 25 años, recordemos que Álvarez del Manzano ganó las elecciones en 1991, los retrata de alguna manera. Su proyecto acabará naufragando en el plano simbólico, el de la cultura, que ha sido tradicionalmente donde la izquierda ha mantenido su hegemonía, y detrás de eso irá sin duda todo lo demás.
https://conoce.ahoramadrid.org/wp-content/uploads/2015/04/AHORAMADRID_Programa_Municipales_2015.pdf
2º PSOE
A) Comunidad de Madrid
La Cultura y el Arte disponen de un capítulo propio en el extenso programa del PSOE para la Comunidad de Madrid. Éste se divide a su vez en dos secciones, 4.1.-
Un acuerdo por la cultura y 4.2.-
Deporte. No acabo de entender que hace el deporte ahí, pero siguiendo con lo nuestro, la sección 4.1 tiene a su vez tres apartados:
La cultura como motor de desarrollo económico,
La cultura como derecho y
Un nuevo modelo de protección del patrimonio cultural.
No hace falta decir que huele a viejuno. La idea de un equilibrio entre el modelo neoliberal de las industrias culturales y el socialdemócrata de las políticas públicas ha fracasado estrepitosamente, y no sólo ha fracasado en la pretensión de alcanzar un equilibrio entre estos dos polos, sino que ambos modelos por separado están en quiebra.
El PSOE parece intuir que la nueva política debe ser participativa, pero no consigue desprenderse de los viejos tics de la tradición estatista que heredó de las socialdemocracias europeas. En consecuencia su programa incorpora ideas tan peregrinas como desarrollar un circuito de charlas sobre la muy discutible base de ARCO.
Ya que he empezado por el final, seguiré con el apartado 4.1.2.-
La cultura como derecho, donde se incluyen además otras ideas muy discutibles o para mí difíciles de entender:
Está previsto un plan autonómico de apoyo, pero se dirige entidades públicas como bibliotecas, museos, centros culturales, teatros… Por lo que entiendo la Comunidad brindará apoyo a las instituciones municipales amenazadas de cierre, pero no a la sociedad civil, que ya cerró años atrás. ¿Dónde nos deja eso? Para empezar en manos de alcaldes y concejales cuyos conocimientos de arte son cuestionables, y por supuesto sujetos al ámbito institucional. La cultura necesita libertad en la misma medida que recursos, y los ediles han sido siempre el ariete institucional contra las expresiones más experimentales.
También implementarán más recursos para los museos de su titularidad: “CA2M, Museo Arqueológico Regional, Museo Picasso de Buitrago, Casa de Cervantes, entre otros.” Creo que antes de aumentar los recursos habría que estudiar bien qué función están cumpliendo los centros de arte, y si realmente un mayor presupuesto supone una mejora, o sólo una operación de engorde. El tejido institucional del arte madrileño necesita una reforma desde los cimientos, y por desgracia ningún partido le ha dado la menor importancia. Los viejos errores del PP seguirán surtiendo efecto sobre nosotros.
Este punto no lo entiendo: “Potenciaremos las redes de asociaciones y artistas, con especial atención a las asociaciones de mujeres, que ponen en valor la participación social en las disciplinas artísticas, teatrales, plásticas o de otros lenguajes artísticos. En este sentido, apoyaremos a los colectivos que surjan en las escuelas musicales, de danza, teatrales o plásticas como referente colectivo de extensión cultural.” Lo lees la primera vez y parece que dice que van a apoyar a las asociaciones culturales, pero en una segunda lectura descubres que hablan de potenciar redes (más terminología viejuna), de poner en valor la participación social en las disciplinas artísticas (?), y al final, de apoyar a colectivos que no existen, que no sabemos si van a existir, ni siquiera si es necesario que existan, pero que nos remite al las clásicas estrategias de “inventar” una escena de arte joven que dé el pego, que dé un poco de color a la ciudad, aunque sea a costa de las carreras de los artistas jóvenes implicados. Bueno, como en cualquier caso no tienen ningún futuro no importa demasiado que los manipulen. Pero el habitual dirigismo político asoma su cabeza por aquí.
Más abajo: “Haremos cesiones de espacio para la creación cultural colectiva a las entidades que promuevan esta actividad.” Otra vez me he perdido: ¿a qué se refieren con creación cultural colectiva? En las artes visuales, ¿se refiere a los colectivos de artistas, a exposiciones colectivas, al arte de participación? ¿O las artes visuales no se beneficiarán de la cesión de espacios?
En lo positivo, un gran esfuerzo en la educación: “Fomentaremos el acceso a la cultura desde edades tempranas, asegurando la presencia de las enseñanzas artísticas, creativas y culturales en el sistema educativo; enseñanzas que incorporarán la perspectiva de género.” Y también la presencia en todos los puntos de la perspectiva y la equidad de género.
Pero da un poco de miedo que se planteen la posibilidad de crear un “Instituto Universitario de las Artes a partir de las escuelas superiores de enseñanzas artísticas”. Yo estudié Bellas Artes en la Complutense, y lo único que puedo recomendar es la clausura urgente de esa facultad. No conozco otras escuelas superiores de arte en Madrid, salvo en la Universidad Europea, que es privada. Quizás el objetivo de un Instituto Universitario de las Artes sea acabar con la enseñanza de las artes visuales de una vez por todas, y visto así no me parece tan mal.
Avanzando hacia atrás, qué buen slogan para el PP, en el punto 4.1.1.-
La cultura como motor de desarrollo económico, el programa cae en todas las vaguedades y contradicciones que se puede esperar, al menos en lo que se refiere a las artes visuales. La única cosa buena que ha traído la crisis es acabar con la expresión “empredizaje” cultural, que además de denotar la falta de cultura de quien la usa, no ha servido para nada. Los “emprendimientos” culturales en general han sobrevivido pocos años y a base de ayudas públicas. No voy a profundizar en esto, pero viene al pelo una cita de Luis Camnitzer: “el fraude está en la consideración disciplinaria del arte, que lo define como un medio de producción.”
Yo entiendo que es necesaria la reforma del IRPF y la Seguridad Social para los artistas, y espero que el próximo gobierno de España lo haga. Pero la realidad del arte contemporáneo es que prácticamente ninguno de nosotros vive de la creación. Algunos vamos tirando con la gestión y la mayoría viven de la enseñanza, el diseño o de profesiones u oficios que no tienen nada que ver con el arte. Hablar de mejoras laborales es ridículo. Los artistas necesitamos un sistema de apoyo a la creación, no “una nueva regulación de las condiciones sociolaborales para los creadores, artistas y trabajadores de la cultura”. Por cierto, la situación de los artistas, en teoría, no es laboral. No son trabajadores a sueldo, no están contratados por nadie.
Las ayudas y estímulos se enfocan por supuesto a las llamadas industrias culturales, en nuestro caso las galerías de arte y las productoras tipo Urroz Proyectos. Como dije en el artículo
Pagar el arte 1, en España las subvenciones son para los empresarios que explotan el arte, no para los creadores. Se mantiene el esquema de clases, donde el artista ocupa el lugar del proletario y/o del lumpen, salvo que suele ser el único que no cobra.
Lo demás tiene poco que ver con el arte, salvo cuando dicen: “Impulsaremos, con recursos propios, la internacionalización de las empresas culturales madrileñas.” Les auguro grandes éxitos y satisfacciones en esta labor. Me parece extraordinario que dejen de pensar en impulsar internacionalmente la creación en sus diferentes facetas, y se inclinen por meter dinero a las empresas, que por otra parte no se sabe bien qué van a hacer en el extranjero. Lo bueno de esta estrategia es que las galerías de arte podrían ir a ferias internacionales con artistas extranjeros, y así ellos ganarían un dinerito y nosotros tendríamos la oportunidad de explorar otros nichos de “emprendizaje”, como la limpieza de parabrisas en los semáforos.
La sección 4.1 se abre con una propuesta, bajo el título general de
Un acuerdo por la cultura, que plantea una de las ideas más prudentes del programa: “Abriremos un proceso de diálogo para elaborar un diagnóstico compartido con el sector que permita establecer un Acuerdo Madrileño por la Cultura en materia de colaboración público-privada, de estímulo a la producción, de las condiciones sociolaborales de artistas y creadores, del acceso de toda la ciudadanía y de la protección del patrimonio.”
Este diálogo es fundamental, y debe articularse por sectores. El peso del mundo del espectáculo suele ser abrumador en las relaciones sociedad civil / instituciones públicas, dado su tamaño económico y su enorme proyección pública. Las artes visuales necesitan formatos propios para esta interlocución, pero no cabe duda que también depende de nosotros que se den las condiciones adecuadas.
http://www.solucionesjustas.es/material/programa/ProgramaElectoral.pdf
B) Ayuntamiento de Madrid
En el programa para el Ayuntamiento el PSOE empieza con mal pie:
La cultura, el motor de nuestra prosperidad. El espectáculo, la gastronomía, el comercio, el turismo, todos ellos sectores económicos atravesados por la cultura, pueden ser motores de prosperidad. El desarrollo de una conciencia crítica, no. Es necesario, pero es otra cosa. La introducción habla de crear una Mesa de Ciudadanía de las Artes, que yo, visto lo que sigue, imagino como una mesa de disección con su drenaje para la sangre de los artistas - a Cocteau le gustaría - que se ocupará entre otras cosas de buscar salidas profesionales para los creadores. Pero los creadores madrileños sólo tienen un salida: el aeropuerto de Barajas.
El primer capítulo es una trasnochada loa a las industrias culturales, donde se repite la propuesta de dar dinero a las empresas, porque los creadores ya estarán camino del aeropuerto y ni aunque quieran los van a poder apoyar. Además no está demostrado que las industrias culturales necesiten ni creadores, ni cultura. Mientras reciban dinero público pueden prescindir perfectamente de ambos. No voy a entrar en detalles.
Y lo peor de todo, recordemos que estamos en el apartado de cultura como derecho, es que amenazan con la vuelta de la Noche en Blanco. ¿Quién habrá asesorado al candidato?
La sección dedicada a la cultura como derecho no es más que una estrategia bastante tosca de formación de públicos, o más exactamente, de audiencias. Mal, fatal.
Para rematar hay una sección titulada
Madrid, espacio público abierto para la cultura. Es una mezcolanza al estilo del PECAM, donde se habla de espectáculos en plazas, narración oral para niños en bibliotecas, entradas reducidas para ancianos…
Pero lo más asombroso es el proyecto estrella: El Palacio del Español. No he entrevistado a ningún representante del PSOE para el Ayuntamiento, por lo que no pude hacer la pregunta de si cerrarán Matadero y CentroCentro para entregar sus recursos a los creadores. Pero aquí tenemos la respuesta: más Matadero, como decía una de las lamentables campañas de este centro. El Palacio del Español es un centro dedicado a nuestra lengua y literatura, que se ubicará, si nadie lo impide, en el antiguo mercado de frutas y verduras de Legazpi. 30.000 m2. Podría hacer varios comentarios chistosos al respecto, pero me voy a limitar a recordar una anécdota, que vale un poco para todo lo anterior: cuando Roberto Bolaño y su mujer se instalaron en Blanes, hacia 1985, mucho antes de que le llegase el éxito, vivían en un cuartito interior de la tienda que su madre tenía en esta playa. Bolaño sacaba algún dinero en verano con un puesto de baratijas que montaba en la puerta del establecimiento. Estas son nuestras industrias culturales, estos son nuestros palacios del español.
http://antoniomiguelcarmona.es/images/pdf/programa_electoral.pdf
3º PODEMOS
Podemos se ha atrevido a presentar un programa completo para la cultura en la Comunidad de Madrid. 26 páginas, que no se corresponden con el
documento general de 11 páginas que tienen colgado en su WEB, a las que se puede aplicar aquello de que por la boca muere el pez: a más páginas, más patinazos.
Las declaraciones generales de la introducción están bien, pero cuando las políticas se empiezan a concretar en medidas concretas el programa se tuerce. Para empezar hay una proliferación de organismos escasamente útiles, pero que requieren directores, subdirectores, jefes de sección, asesores, dotaciones materiales y técnicas, contratas, etc. Por ejemplo, la Escuela de Espectadores de la Comunidad de Madrid. El objetivo principal es muy loable: “impulsar y poner en marcha servicios y departamentos educativos específicos e interdisciplinares”, pero me preocupa que “a través de
sus especialistas, difundirá contenidos de apreciación artística” (el subrayado es mío). Es decir, la crítica de arte se va a realizar desde la institución, una idea que sólo ha podido salir de una mente desestructurada y monjil. Además “podrá desarrollar proyectos en un circuito
propio”. Esto se complementa bien con lo anterior, porque siendo ellos mismos quienes evalúan sus propios proyectos el éxito está garantizado. Por supuesto no se aclara cuáles son esos circuitos propios. La EDECAM es un instrumento de intervención política en la cultura, que sólo puede producir un mayor empobrecimiento del panorama que ya estamos sufriendo.
Otro organismo de fantasía es la PLACA/m, Plataforma de Cultura Abierta de la Comunidad de Madrid. Servirá “para unificar en un único sitio web público y abierto los contenidos de cultura y creación libres de derechos”. Como es tan caro y tan difícil abrir un blog, tener una cuenta de Mega, Youtube, Vimeo, Flickr, Instagram, Facebook, etc., lo mejor es crear un organismo público con más directores, subdirectores, jefes de sección, contratas etc. para ofrecer a los madrileños un acceso al complejo mundo de la publicación online. Eso sí, el que pille la contrata para desarrollar la plataforma se va a poner las botas.
Por supuesto habrá un Consejo y un Observatorio de la cultura, lo cual creo necesario. Soy un firme defensor de la creación de un consejo de las artes, entre otros, pero creo que la iniciativa debería estar en la sociedad civil. Un órgano controlado por el gobierno acabará siendo tan inútil como el que ya existe.
Uno de los cometidos del Consejo es la creación de un “Sello de garantía de calidad cultural”. Es muy útil, porque como la mayoría de los madrileños somos un poco tontos, con el sello sabremos si lo que estamos viendo es bueno o es una bazofia. Lo mejor es que se entregará “a través de criterios establecidos de manera objetiva.” En realidad el sello no mide sólo la calidad de la oferta cultural, también evalúa cosas como la dignidad laboral o “la generación de riqueza patrimonial, social, económica y cultural”, entre otras que me pueden parecer más razonables. El fantasma de la industria creativa, que es uno de los grandes éxitos del neoliberalismo, flota en todo el programa, que se ha hecho más orientado al mundo del espectáculo y las artes escénicas que a las artes visuales u otras formas de expresión que no se adaptan tan bien al esquema empresarial, las de
rendimiento económico que tiende a 0.
Este fantasma aparece con más claridad en el siguiente capítulo,
Sostenibilidad del sector cultural, donde se da una de cal y otra de arena: “Sería inútil defender la cultura como derecho y bien común, sin garantizar, al mismo tiempo, su sostenibilidad como sector económico y productivo.” Como el PSOE, Podemos se ha estancado en la vieja dicotomía de la cultura como derecho o como negocio, sin acertar a desarrollar un modelo que nos saque del atolladero. Cambiar las fétidas expresiones “industrias culturales” o “emprendizajes creativos” por autónomos, PYMES y cooperativas, que son las formas legales de esas industrias, no es suficiente para que surja de la nada un modelo postneolibreal. Las cosas no son tan fáciles y los errores se pagan.
Todo el plan de sostenibilidad está tocado por este equilibrio imposible y por las ganas de no decir industrias creativas cuando se está hablando de creación de empleo, créditos, inversiones y bonificaciones fiscales.
En uno de los puntos se habla de “
la creación de un Fondo Mixto para la Inversión en Cultura con objeto de hacer efectiva la inversión del 1% cultural en promoción del arte actual.” Que el famoso 1% sirva para algo sería fantástico, pero no estoy seguro de que se pueda gestionar desde una autonomía, porque se establece en la Ley del Patrimonio, que es estatal. Tampoco está muy claro como sería su aplicación, que hoy por hoy está enfocada sobre todo a la conservación del patrimonio.
El capítulo dedicado a las artes visuales no tiene desperdicio. El primer patinazo es cuando hablan de la precariedad laboral de los artistas, un error que también comete el PSOE. Los artistas no están sujetos a una relación laboral, no son trabajadores, no se pueden sindicar, y además, como ya he señalado más arriba, no creo que en Madrid vivan de la venta de obra (que es lo que tradicionalmente se entiende como actividad profesional del artista) ni el 1% de los creadores en activo. La mayoría hacemos otras cosas y no dejamos de ser artistas.
Hablan de la autonomía de los museos y centros dependientes de la Comunidad de Madrid. No hay reforma, no hay un replanteamiento del tejido institucional que ha creado el Partido Popular desde que Gallardón ganó las elecciones en junio de 1995. Lo que hizo el PP está bien, por lo visto, y no hace falta meterse en líos para diseñar un tejido más racional, efectivo y que realmente sirva para el desarrollo de las artes visuales. Al final todo quedará en cambiar los directores.
En el siguiente punto anuncia el “Fomento de proyectos artísticos que impliquen innovación social, fines educativos y retorno social”. Es decir, la Comunidad no va a fomentar ni la innovación artística, ni la creación crítica. No se plantea la valoración de la trayectoria del artista, ni hay referencias a la calidad, excelencia, experimentación, o cualquier otro criterio que pueda justificar el uso de recursos públicos. Tendremos un arte de “buen rollito”, que es a lo que se ha reducido el arte de participación de los años 70 en la actual la versión cañí que venimos aguantando los últimos años. Un arte donde no caben ni Santiago Sierra, ni Isidoro Valcárcel Medina, ni los Torreznos, ni Democracia, ni prácticamente nadie que se esté dedicando al arte en Madrid ahora mismo. Que una administración pública establezca un lenguaje artístico oficial es terriblemente grave. Lo bueno es que como tienen la pasta pueden inventar otros artistas que se adapten mejor al discurso.
Para no extenderme demasiado, voy a lo más gordo: “Se facilitarán ayudas e incentivos empresariales a las galerías de arte.” El programa de Podemos no habla en ningún momento de un sistema de apoyo a la creación en el ámbito de las artes visuales (sí lo hace en literatura), pero en la mejor tradición neoliberal va a dar dinero contante y sonante a las galerías. Va casi en la letra pequeña, en un apartado dedicado al
Fomento del coleccionismo, y nos la meten hasta el fondo.
Un punto que quiero destacar es que la Consejería de Cultura y Comunicación mete a Telemadrid en el mismo saco que la cultura. Es decir, de la misma manera que ahora tenemos una Consejería de Empleo, Turismo y Cultura, la nueva Consejería incluiría Cultura y el ente público RTVM, que comprende la mencionada TeleMadrid con la Otra, la HD y la Sat, más la cadena de FM Ondamadrid. El programa no da muchos detalles de este matrimonio forzado, que no veo fácil porque se trata de una empresa pública, y muy endeudada por cierto, pero lo que puedo intuir es que Telemadrid succionaría todos los recursos que corresponden a la cultura y podría dejar el resto del programa en papel mojado.
https://cmadrid.podemos.info/wp-content/uploads/sites/2/2015/05/cultura-madrid.pdf
4º IZQUIERDA UNIDA
A) Ayuntamiento de Madrid
Para IU, como para Ahora Madrid, la cultura no es una prioridad. La izquierda tradicional no da mucho crédito a la cultura, y es que la relación entre el marxismo y la cultura siempre ha sido tormentosa. Creo que es un error, porque como dice Zizek con cierta sorna, quizás sin Matrix no haya realidad. Sin embargo, y para mi sorpresa, las pocas líneas que le dedican tanto en el programa para la Comunidad como en el del Ayuntamiento son las únicas entre todos los programas que dan su espacio a los creadores.
En el programa para el Ayuntamiento de Madrid la cultura ocupa el primer título de la sección A.4.-
Un Madrid abierto a la cultura popular y al deporte para todas y todos, dentro del primer capítulo: A.-
Desarrollo económico, social y humano.
Los puntos que me han llamado la atención son, en los compromisos: “Recuperar la acción planificada e impulsar la actividad artística, intelectual y creativa realizada con total libertad para que los creadores puedan ejercer su función.” Y como una de las propuestas: “Apoyo a la creación artística.” El resto es correcto aunque muy poco detallado. Insisten mucho en la participación. Sus propuestas incluyen un observatorio y además un Instituto Municipal de la Cultura con el cometido específico de frenar la privatización de las dotaciones culturales. Otra cosa importante es que plantean una redefinición de la empresa pública de cultura, ahora Madrid Destino, algo que Ahora Madrid y el PSOE han pasado por alto, y el desarrollo de un plan estratégico.
El resto es más o menos lo de siempre: cesión de espacios, buenas prácticas, transparencia…
http://www.iucm.org/images/stories/documentos/decalogo_3.pdf
B) Comunidad de Madrid
El programa para la Comunidad dedica sólo una página a la cultura, sección C11.-
Arte y cultura, dentro del largo capítulo C.-
Nuevo modelo de sociedad basado en el bienestar. Son 12 puntos de los que sólo voy a citar uno: “Plan de apoyo a la creación artística experimental, tanto en formato de nuevos espacios autogestionados, como en el caso de artistas y/o colectivos que contemplen estas iniciativas.”
Me parece increíble que por fin alguien haya comprendido que es la creación artística experimental la que necesita un plan de apoyo, precisamente porque por su carácter experimental no busca la rentabilidad, ni el reconocimiento, ni siquiera la aceptación de la mayoría de la sociedad. Hacer cultura es detonar conflictos, es incomodar, es cuestionar lo que está bien. El arte sólo se puede hacer contra el poder, en rebeldía. La insistencia en un arte colaborativo, que involucre a la sociedad en los procesos creativos, es una forma blanda de censura cuando deja de ser la elección libre de un artista y se convierte en directriz institucional. Sólo hay que ver lo que hacen en Intermediae: mientras unos remueven la tierra para recuperar cadáveres, otros plantan jardines.
http://www.iucm.org/images/stories/documentos/programa_autonomico_2015.pdf
Antes de acabar, una nota importante: ningún programa habla de los retos que la era digital plantea a la cultura. Hay un desfase extraordinario entre el día a día de todos nosotros, que gestionamos páginas WEB, blogs, cuentas en redes sociales variadas, que publicamos libros, vídeos y música en las correspondientes plataformas, y que tenemos en la WEB nuestra principal herramienta de investigación y aprendizaje continuo, con el analfabetismo digital que denotan los programas. Y quiero hacer notar también, ya que se ha hablado mucho de industrias culturales, que las restricciones y costes que nos imponen tanto la Hacienda pública española como las incomprensible normativas de la Unión Europea, que están pensados para proteger la supremacía de las grandes empresas, son lo que en realidad está impidiendo el despegue de nuevas formas de negocio en la cultura.
EPÍLOGO
Yo nunca había leído un programa político, lo reconozco. Votamos por fidelidad al partido, por empatía con los líderes, por estética, incluso por rabia. O no votamos casi por las mismas razones. Todos sabemos además que los programas tiene poco que ver con la realidad, que está sujeta a la limitación de los recursos, a las negociaciones políticas y a las presiones de las redes clientelares que reclaman lo suyo.
Este es el último texto de la serie, pero no del proyecto que empecé hace seis meses. Dejaré de bombardearos cada semana con una parrafada excesiva, y a cambio el día cinco de junio, en Medialab y con la colaboración de Brumaria, iniciaré un debate a partir del cual me gustaría redactar, colectivamente, un documento detallado sobre las políticas culturales en Madrid, ciudad y autonomía, que incluya propuestas concretas. Las jornadas se llaman
Pensar lo impensable: encuentros sobre las relaciones arte/política/estética/psicoanálsis, y aunque seguramente Darío Corbeira ha pensado el título con otro sentido, estáis todos invitados a eso, a venir a pensar lo imposible: unas buenas políticas para el arte en Madrid. Para entonces ya sabremos quien va a gobernar y tal vez algunos de nosotros estarán haciendo las maletas. Los partidos se someterán a la lógica del poder, a los pactos, a los equilibrios entre lo urgente y lo importante, y los ciudadanos quedaremos de nuevo a la intemperie. Pero la previsible debilidad del gobierno y ayuntamiento que nos toquen va a facilitar un diálogo que no hemos conocido hace muchos años. Aprovechémoslo para mejorar un poco las cosas, al menos en la reducida esfera de nuestras competencias. Yo en todo caso me quedo aquí, porque pasados los cincuenta se tiene otra perspectiva de las cosas y me interesa más ser testigo de la historia de mi ciudad que salvar el pellejo artístico, por así decir. Y porque a mí, como a Monna Bell, me gusta Madrid.