Comentario (breve) sobre los programas de cultura de PSOE y Más Madrid

La agitación política que hemos vivido los últimos meses ha hecho que las elecciones locales queden en un segundo plano. Incluso los programas electorales han tardado en salir y las candidaturas parecen desbordadas por los acontecimientos. No he podido por tanto hacer un análisis como el que publiqué hace cuatro años, con entrevistas a los portavoces de cultura y un resumen final centrado en la letra (o ausencia de letra) de sus respectivas propuestas de cultura.

Soy consciente de que la lectura de los programas es un trabajo un tanto superfluo, ya que pocos partidos han mostrado a lo largo de la historia la menor voluntad de seguir sus propias directrices. Pero no disponemos de otra cosa para averiguar sus planes de gobierno y en un contexto como el que vivimos, donde la cultura sufre la mayor dependencia imaginable de los recursos públicos, creo que a todos nos interesa tener una idea de las posibilidades que se abren o se pierden con cada cambio de gobierno.

Y pienso además, porque soñar es gratis y constituye el mayor privilegio de la humana especie, que los programas deberían ser un documento que acompañe la labor de gobierno a lo largo de la legislatura, como el famoso “Business plan” de las Startup’s, que sirve a la vez de guía y de referencia para evaluaciones, y se va amoldando a las exigencias que la realidad impone a las ideas originales de cualquier empresa.

Sé que el ámbito de competencias entre Comunidad Autónoma y Ayuntamiento, en el caso de Madrid, es confuso. Resulta difícil delimitar donde acaban las de una y empiezan las de otro. Pero es la Comunidad de Madrid, según la ley de transferencia de competencias en cultura de 1985, quien tiene todas las competencias en lo que se refiere a la promoción y sustento de la producción cultural local. Si ahora percibimos al Ayuntamiento como principal interlocutor para los creadores y asociaciones, es por la dejación de funciones de la Comunidad durante los 24 años de gobiernos de Partido Popular, que además han destinado los fondos de cultura a otros fines*. Esperemos que el próximo gobierno autonómico corrija está anormalidad.

Cuando en Alcalá 31 nos decían que no había recursos suficientes para mejorar las Ayudas a la Creación.


PSOE Ayuntamiento
http://pepualcalde.org/wp-content/uploads/2019/05/PROGRAMA-2019-2023-EXTENDIDO.pdf

El programa del PSOE para el Ayuntamiento, que por cierto no he conseguido encontrar sin ayuda, dedica un capítulo a la cultura: "La Ciudad de la Cultura", páginas 102 a 107. Es un programa detallado, muy concreto y realista. El capítulo se divide en cuatro apartados: Industrias culturales, La cultura como derecho, Defensa del patrimonio e Instituciones públicas.

El primer punto habla de crear una Oficina de Ayudas a la Creación, que considero importante, pero lamento que a estas alturas hablen de "emprendedores" e "industrias" culturales. Es un modelo que fracasó hace más de una década.

Hay otras propuestas muy positivas, como la cesión de espacios a los creadores, una reivindicación que viene desde los tiempos de ASAP en los años 70; la creación de una Oficina Municipal de Proyectos Culturales, que es imprescindible para mejorar la comunicación entre el tejido creativo y el Área de Gobierno de Cultura; o la mejora de las condiciones laborales en los talleres de los centro culturales, que como sabemos se fueron degradando con los gobiernos del PP.

También hace hincapié en la democratización de la administración de la cultura a través del Consejo de la Cultura, pero no prevén otros mecanismos de diálogo con el tejido creativo, aunque sí con el empresarial. Quizás se podría crear un "espacio de trabajo permanente" similar con las asociaciones y colectivos de artistas; recordemos que en la Plataforma estábamos 50 de estas organizaciones. Esto es importante porque la mayoría de los creadores no cuentan con una representación institucionalizada, y las asociaciones más poderosas tienen un carácter corporativista que no representa la realidad de los conflictos del mundo del arte.

Curiosamente, en el capítulo de cultura no hay alusiones a la igualdad. Quizás se deba a que hay un capítulo dedicado al tema (págs. 62 y 62), pero creo que estaría bien proponer medidas concretas en la cultura.

La gran asignatura pendiente sigue siendo devolver las dotaciones culturales al Área de Gobierno de Cultura, pero no creo que nadie consiga desmontar Madrid Destino. No me extiendo más, recomiendo su lectura.


NOTA: no he conseguido localizar el programa de Más Madrid para el Ayuntamiento


Más Madrid - Programa de cultura para la Comunidad de Madrid
http://programa.masmadrid.org/pdf/mas-madrid-cultura.pdf

Lo primero que quiero señalar es que han publicado el programa de cultura en un documento independiente, lo que nos indica una vocación clara y un compromiso con un modelo de sociedad donde la cultura ocupa un lugar primordial. En segundo lugar, que las propuestas son muy concretas y, a mi modo de ver, realistas. Han recorrido un largo camino desde mayo de 2015, cuando Podemos publicó un programa fuertemente intervencionista, con ideas descabelladas como la Escuela de Espectadores de la Comunidad de Madrid, la Plataforma de Cultura Abierta de la Comunidad de Madrid o el Sello de Garantía Cultural.

El presente programa cede el protagonismo a la sociedad y apunta a los temas que nos han preocupado a la mayoría de nosotros estos cuatro últimos años, como la “Financiación y apoyo al sector profesional”, “Feminizar la cultura” o la “Democracia cultural”, dentro de un índice que recoge ocho puntos.

En el primero, la financiación, el primer punto está dedicado a las Ayudas: “Mejoras en las convocatorias de subvenciones públicas existentes”. Para mí es una gran satisfacción que las ayudas a la creación, recurriendo a la terminología la uso, sean un objetivo prioritario, como ocurre también en el programa municipal del PSOE. Durante los últimos años he defendido, a veces con un exceso de vehemencia, la importancia de un sistema de apoyo a la creación, bien estructurado, de largo alcance y consensuado con los artistas. Se abre pues una ventana de negociación que es necesario retomar, tanto en el caso de que lleguen a ocupar puestos de gobierno como si permanecen en la oposición.

El resto del capítulo desglosa las directrices generales. Recomiendo su lectura.

En el apartado “Feminizar la cultura” se proponen hacer una investigación para evaluar “situación exacta de las mujeres en cada una de las áreas artísticas y creativas en la Comunidad de Madrid”. Entre otras medidas se propone la aplicación de la discriminación positiva en las ayudas. Es un tema polémico, pero yo he defendido siempre este tipo de iniciativas porque creo que funcionan. En el plan de subvenciones de Berlín, por ejemplo, existen al menos dos líneas que son exclusivas para mujeres creadoras.

Se habla de paridad en los jurados, comisiones, etc., pero no en las exposiciones de instituciones públicas. Creo que es un error. La experiencia de trabajar con un margen del 40% al 60% de cada género, promovido por la asociación Clásicas y Modernas en las artes escénicas, ha dado muy buen resultado.

En “Democratizar la cultura” han metido un poco de todo: desde la inclusión social a los mecanismos de evaluación de las políticas culturales. Creo que es muy positivo que se observe la participación de la sociedad en la elaboración y evaluación de estas políticas, pese a que mi experiencia con el tejido sectorial de Madrid, por llamarlo de alguna manera, no es precisamente buena. Pero somos nosotros, los artistas, quienes tenemos que inventar otros modelos de representación y de participación capaces de eludir los defectos del sistema actual, como he señalado más arriba.

Los puntos restantes, que sólo enumero para no extenderme demasiado son: Descentralización Cultural; Educación; Políticas de Públicos; Evaluación de la Política Cultural; Propuestas Legislativas.

En mi opinión es un buen programa y representa un cambio de estilo dentro de los programas usuales, que sólo señalan generalidades e intenciones vagas. Aprovecho para poner sobre la mesa dos puntos más:
  1. Reforma institucional: el PP nos deja un tejido institucional empobrecido y más bien delirante. La ubicación del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, en Móstoles, es un botón de muestra. Pienso que es urgente elaborar un plan para racionalizar y actualizar las instituciones y salas dedicadas a las artes visuales.
  2. El pago a los artistas: es uno de los grandes asuntos pendientes y, sorprendentemente, ninguna de las grandes asociaciones de Madrid ha elaborado un documento al respecto. Es imprescindible que las instituciones públicas hagan públicos sus criterios para el cálculo de estos honorarios.

PSOE - Programa 2019 Comunidad de Madrid
http://www.psoemadrid.es/wp-content/uploads/2019/05/PROGRAMA-COMPLETO-GABILONDO-PRESIDENTE.pdf

El programa del PSOE dedica un capítulo a la cultura, de las páginas 125 a la 130. Es un programa de corte generalista que en mi opinión se pierde un poco en vaguedades. De los 36 puntos que incluye el capítulo Una Comunidad de Cultura, sólo uno, el 615, cita de manera expresa las artes visuales:
Fortaleceremos nuestra industria del arte y a sus artistas vivos a través de un plan para las artes visuales con incentivos, intercambios, ayudas y promoción estatal e internacional, favoreceremos su acercamiento a la población (especialmente a niños y jóvenes); brindaremos apoyo a las galerías; emplearemos el arte como forma de publicidad y cederemos nuevos espacios públicos para la exhibición y la creación.
Bueno, las artes visuales son el único sector cultural que no tiene o no es industria… La obra la producimos los artistas de nuestro bolsillo, no grandes empresas editoriales o audiovisuales, y de la venta se ocupan negocios que en la mayoría de los casos tienen carácter de proyecto personal, no multinacionales del entretenimiento. Pienso que aquí ha faltado un poco de diálogo con el tejido. Lo de ayudar a las galerías ya lo hemos comentado en otras ocasiones, pueden recibir dinero público destinado a la promoción del arte español y luego trabajar con artistas alemanes, por ejemplo. Sin medidas de control es una pésima idea. En cualquier caso, un partido socialista debería estar más cerca del trabajador, que es el artista, que del empresario.

No tengo dudas acerca de la capacidad del PSOE en materia de gestión cultural, pero pienso que está faltando comunicación con la sociedad y que corren el peligro de trabajar con modelos obsoletos.


NOTA:
Cuando estaba preparando este artículo la asociación Alfa Perfecta de Baleares distribuyó el siguiente gráfico en Facebook. Creo que es un excelente modelo a seguir, no sólo para el análisis de los programas, sino para visualizar la evolución de las políticas culturales. A lo largo de la legislatura que empieza el Observatorio de las Artes Visuales de Madrid va a desarrollar herramientas de este tipo tanto para el Ayuntamiento como para la Comunidad de Madrid.




[*] Creo que no es necesario que profundice en el mal uso de los recursos públicos por parte del PP, afortunadamente ya lo hacen los jueces. Como recordatorio, esta noticia que es una entre muchas. https://www.eldiario.es/madrid/Camara-Cuentas-Comunidad-Madrid-Punica_0_882612567.html

Los honorarios de los artistas

Conozco dos webs dedicadas al tema, siempre candente, de los honorarios de los artistas. Es decir, el dinero que los creadores deben cobrar en concepto provisión de contenidos cuando participan en exposiciones no comerciales, tanto si están organizadas por instituciones públicas como por entidades privadas.

Creo que hoy en día casi todos entendemos la necesidad del pago justo a los artistas, pero no siempre ha sido así. Tradicionalmente se entendía que el artista que exponía en una institución estaba recibiendo una promoción comercial a cambio de proveer contenidos. La idea proviene sin duda de la época de los Salones y hace mucho que perdió vigencia. Sin embargo no es raro que la reclamación de los honorarios por exposición sea rechazada con argumentos de este tipo. Recuerdo, no hace muchos años, que un importante museo discutía con una curadora la conveniencia de pagar honorarios a un artista. Ya hartos de ella le dijeron: “¡Si le estamos haciendo un catálogo!”, como si fuese un favor. Se trataba de  un artista alemán con suficiente trayectoria como para pensar que el favor lo estaba haciendo él. A mí, hace muy poco, una directiva del Reina Sofía me decía con una sonrisa de desprecio que los artistas siempre estamos pidiendo dinero. En fin.

La cuestión es que el sistema del arte ha cambiado mucho desde la época de los Salones. El comercio está en manos de las galerías y la venta directa artista-cliente es un fenómeno marginal. Además los artistas que trabajan con galerías no deben hacerla, porque socavan su propio sistema de distribución. Por otra parte el tejido institucional se ha desarrollado a un ritmo acelerado y estos museos, fundaciones, asociaciones, etc. necesitan contenidos. Cientos de personas trabajan de manera directa o indirecta en sector de las artes visuales sostenido con dinero público, sin contar con los departamentos correspondientes de las administraciones, desde el ministro de cultura a los animadores socio-culturales de los ayuntamientos pequeños.

Dado que una buena parte de la actividad pública o económica del artista contemporáneo consiste en dotar de contenidos a estas instituciones, y dado que los demás que trabajan en la producción de estos contenidos cobran sueldos u honorarios, es justo que quien está en la base de todo, el creador con su obra, que es además en torno a quien se justifica la existencia misma del aparato institucional y político, cobre también.

Atendiendo a las particularidades de la legislación española, que hasta ahora se ha caracterizado por su desatención al trabajo creativo, pienso que los artistas debemos cobrar en concepto de derechos de autor. La razón es que más del 80% de los artistas visuales no ganamos lo suficiente para pagar las cuotas de la seguridad social, y por tanto no estamos dados de alta como autónomos y no declaramos IVA. Para evitar la situación confusa que se produce al cobrar IVA en una factura, pero no poder ingresarlo en Hacienda, el concepto de derechos de autor nos permite aplicar la exención recogida en el artículo 20, punto 26 de la Ley del Impuesto del Valor Añadido.

El primera web es inglesa y se puede consultar en http://www.payingartists.org.uk. Llevo siguiéndola desde 2015, se fundó en 2014, y es impresionante cómo han desarrollado el proyecto y la cantidad de documentos que han elaborado. Antes tenían un cuadro que permitía calcular los derechos en función del presupuesto de la institución y los años de trayectoria del artista, pero me imagino que este modelo dejaba mucho margen para interpretaciones subjetivas. Ahora han dividido el pago en cuatro categorías que indican los mínimos a negociar:

A) Instituciones con presupuestos para programación de 50.000 a 150.000 libras anuales.
    - Obra nueva: 1.500 £. Obra ya hecha: 750 £
B) Instituciones con presupuestos para programación de 150.000 a 300.000 libras anuales.
    - Obra nueva: 2.000 £. Obra ya hecha: 1.000 £
C) Instituciones con presupuestos para programación de 300.000 a 500.000 libras anuales.
    - Obra nueva: 4.000 £. Obra ya hecha: 2.000 £
D) Instituciones con presupuestos para programación de 500.000 a más de 1.000.000 de libras anuales.
    - Obra nueva: 6.000 £. Obra ya hecha: 3.500 £

En el caso de colectivas, en el grupo A, hasta siete artistas, se divide el total. En los demás grupos hasta 10 artistas. En caso de ser más artistas, el mínimo sería 100 £ por artista.

La propuesta de a.n (así se llama la organización que ha lanzado esta campaña) se refiere siempre a instituciones públicas o a organizaciones que reciben fondos públicos. Además da mucha importancia a los espacios y proyectos que se pueden encuadrar como artist-led, porque juegan un papel clave en el ecosistema artístico británico.

La segunda web es de Nueva York y se llama WAGE , Working Artists and the Greater Economy (https://wageforwork.com). Fue fundada en 2008 y han desarrollado una serie de herramientas muy prácticas. En WAGE no se entra en la consideración de si una entidad es pública o privada. En este sentido hay que tener en cuenta que el contexto en Estados Unidos es muy diferente, pero también que las entidades privadas, a través de las desgravaciones fiscales, consumen importantes recursos públicos. Entre sus propuestas quiero destacar la calculadora de derechos y el Certificado WAGE. También están trabajando en un modelo de contrato para exposiciones comerciales, es decir, con galerías de arte.

La calculadora toma como referencia el presupuesto anual de la institución y el salario más alto que paga cada una. Por ejemplo el MoMA tiene un presupuesto anual de más de doscientos cincuenta millones de dólares y el cargo mejor pagado recibe casi un millón doscientos cincuenta mil al año. Al poner el cursor sobre su nombre aparece una lista que va de los 10.000 US$ por una individual a los 50 $ la hora para performers (recordemos el caso de Dora García en el Reina). Se trata siempre de mínimos a partir de los cuales se pueden negociar mejoras.

En la lista hay unas cincuenta organizaciones y museos, que van de Apex Art o Printed Matter al Whitney o el MoMA. Entre ellos se van indicando como orientación distintos niveles de presupuesto, para que el sistema de cálculo se pueda aplicar a cualquier otro centro de arte.


El certificado es una idea particularmente interesante, aunque quizás poco viable en un país tan poco transparente como España. Consiste en un reconocimiento público que emite WAGE a las organizaciones nonprofit que siguen sus recomendaciones en el pago a los artistas. Esta sección además incluye varias definiciones muy útiles, incluida la de Artist Fee.

En España cada vez hay más instituciones que pagan derechos a los artistas, pero nosotros, al menos en Madrid, no hemos sido capaces de establecer un sistema de cálculo ni una guía para las negociaciones. Y de todas formas todavía hay instituciones que no pagan derechos, otras no pagan ni la producción, etc. Algunas se excusan por la falta de presupuesto, por esto nunca es admisible. Las administraciones públicas no deben mantener abiertos centros de arte sin presupuesto, ya que la carga recae siempre en el artista. Sin no quieren dotar los medios necesarios para que se puedan programar exposiciones, que asuman el coste político de su cierre y del despido de los correspondientes altos cargos.

Para acabar, pienso que es necesario crear estructuras políticas abiertas, como lo fue la Plataforma por el Fondo para las Artes, a la que debemos en buena medida que las Ayudas a la Creación del Ayuntamiento de Madrid hayan llegado a los artistas visuales y recojan nuestras necesidades específicas en sus bases. El pago a los artistas es uno de los muchos puntos que nosotros, como comunidad, debemos abordar. Pero no el único: la formación continua, un certificado de trato justo a los artistas, el acceso a espacios de titularidad pública, la censura, la participación en la gestión de las instituciones dedicadas al arte… Incluso las malas prácticas, como fue la omisión intencionada de mi desacuerdo en el acta oficial de una reunión en el Reina Sofía, son frecuentes y están normalizadas. Pero es intolerable que un alto cargo de un museo nacional mienta en un acta o adopte actitudes autoritarias frente a los artistas, y más aún que su director, en este caso Manuel Borja-Villel, ampare este tipo de comportamientos.

Hace tiempo un grupo de personas vinculadas a la Plataforma discutimos la posibilidad de crear un Observatorio de las Artes Visuales de Madrid que tuviese un ámbito de acción más amplio que la Plataforma, restringida a las Ayudas por su propia naturaleza, y más agilidad de gestión. Es muy importante que los artistas seamos capaces de organizarnos con nuestras propios métodos y reglas, sobre todo en un medio donde la mayoría de las asociaciones, y sobre todo las que tienen más capacidad de diálogo con las administraciones públicas, no están gobernadas por creadores, sino por mediadores en un sentido amplio (funcionarios, galeristas, profesores, críticos, curadores, etc.), con el consiguiente conflicto de intereses. Por otro lado, ahora que hay Ayudas, y algunas muy generosas, también deberíamos predicar con el ejemplo.

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