Los artistas de Madrid, por las noticias que me van llegando en la distancia (nos encontramos en México, pero dadas las circunstancias como si estuviésemos en la mismísima Puerta del Sol), parecen particularmente desorientados. Treinta años de pésimas políticas culturales en los gobiernos locales y una completa desarticulación del tejido nos ponen en una situación muy complicada. La cancelación de proyectos, el cierre de galerías, la caída de las ventas y las dificultades para mantener otras fuentes de ingresos habituales para la mayoría de nosotros, como el diseño gráfico, los trabajos relacionados con la gestión cultural o montaje de exposiciones, la enseñanza, incluso la hostelería, auguran un futuro inmediato lleno de dificultades. El tiempo que se ha perdido en desarrollar unas políticas culturales coherentes en los tres niveles de administración pública no se va a recuperar, pero puede ser el momento para subsanar carencias ya seculares.
Hay muchas iniciativas en marcha y creemos que todas están bien, porque todas suman al esfuerzo conjunto para salir de esta crisis. Nosotros, desde nuestra experiencia, que abarca de la creación de las ayudas de Matadero en 2005 a la Plataforma por el Fondo para las Artes de Madrid y las consiguientes ayudas a la creación del Ayuntamiento, aún vigentes, queremos aportar algunas ideas a este debate
I
Debemos iniciar un diálogo que involucre a la mayor cantidad posible de creadores y de agentes independientes en el campo del arte contemporáneo. Pienso que los mas jóvenes deberían empezar a liderar este diálogo, y que si los que tenemos más experiencia no somos capaces de involucrarlos y de apoyarlos con nuestros conocimientos, de poco servirá lo que hagamos.Nuestra situación es substancialmente distinta de la de otros sectores de la cultura (editorial, escénicas, música, producción audiovisual para cine y televisión). Las artes visuales no son una industria. Es decir, no hay un capital industrial detrás de la creación visual, ni tampoco en su distribución, que está en manos de empresas generalmente pequeñas, sostenidas más por la vocación de los galeristas que por la holgura de sus patrimonios. Los artistas visuales no contamos con una discográfica que produzca nuestro trabajo y organice su difusión; o con una productora de cine que reúna los recursos y los técnicos necesarios para materializar nuestras ideas; ni con un grupo editorial que publique nuestra obra y la distribuya internacionalmente. Nuestra posición de partida en este diálogo es por tanto muy diferente, y nuestros objetivos pueden acabar siendo casi opuestos. Recordemos la inyección de 15 millones a las televisiones privadas. En los encuentros y comunicaciones, expresemos y defendamos nuestra especifidad.
Debemos coordinar nuestros movimientos con las principias asociaciones sectoriales, como el IAC o MAV, pero sin perder nuestra voz propia, ya que la relación de los artistas con los curadores, galeristas, académicos, funcionarios y otros mediadores culturales es con frecuencia asimétrica, y de nuevo nuestros intereses pueden entrar en conflicto. Baste recordar que ninguna de estas asociaciones quiso suscribir la reivindicación de Ayudas a la Creación que promovía la Plataforma, y que son tan importantes para los artistas.
II
Es necesario crear estructuras horizontales, asamblearias. Como nuestro objetivo está limitado en el tiempo —un Plan postCovid19 para las Artes Visuales— tampoco tiene sentido, en estos momentos, formalizar entidades como asociaciones de artistas que requieren, necesariamente, un debate mucho más profundo sobre sus premisas y objetivos. Insisto, debemos llegar a consensos sobre mínimos, debemos caber todos. Las asociaciones, por su estructura jerárquica, puede causar también fuertes distorsiones en una situación en la que todos los problemas demandan una atención urgente y donde el consenso debe ser el paso previo para cualquier acción.Para organizarnos de esta manera es necesario recurrir a las herramientas digitales: grupos de correo, foros, documentos online, formularios. Todos estos medios son gratuitos y ya los hemos usado en el desarrollo de la Plataforma por el Fondo para las Artes. Hace meses el Antimuseo creó las cuentas correspondientes para un Observatorio de las Artes de Madrid, y aunque la respuesta que obtuvimos fue mayoritariamente de artistas que viven en América Latina, no de nuestra ciudad, las ponemos de nuevo a disposición de la comunidad, así como toda nuestra experiencia.
III
Existe una confusión muy extendida sobre las competencias de las administraciones públicas. Nuestros interlocutores son la Comunidad Autónoma de Madrid, en primer término, y el Ayuntamiento en segundo. El Ministerio no tiene competencias en la promoción de la cultura local, por lo que sus esfuerzos se dirigirán sobre todo a canalizar medidas fiscales con Hacienda, que son importantes, claro, pero que a la gran mayoría del tejido creativo de Madrid nos sirven de muy poco, porque vivimos en la precariedad. Si el Ministerio llegase a proponer medidas extraordinarias, éstas deberían ser ejecutadas por las Comunidades Autónomas, y como hemos visto en el caso de la Educación, pueden negarse a hacerlo.Queremos señalar que la Comunidad ha dado los primeros pasos y que nos parecen acertados: se mantienen las ayudas de 2020 y se ha destinado un fondo extraordinario de casi 500.000 euros a la compra de obras de arte por concurso público. Además el CA2M ha iniciado un programa de actividades virtuales, con pago de honorarios a los artistas. Creemos que esta sensibilidad hacia nuestros problemas se debe a que en la CAM hay cargos directivos que conocen bien el tejido: Antonio Sánchez Luengo y Manuel Segade. Aprovechemos su buena disposición para proponer nuevas medidas y apoyar las que ya estén en marcha.
Hay que reclamar a la Comunidad y el Ayuntamiento una acción coordinada, algo que ya estaba en el espíritu del Fondo para las Artes. Una dotación especial en becas y en Ayudas que incluyan honorarios; programas viables en esta situación con pago de honorarios; nuevas adquisiciones de obras de arte. O las que seamos capaces de imaginar.
Una de las asignaturas pendientes de la comunidad artística de Madrid y de sus instituciones es establecer un sistema de cálculo para el pago por exposición, como ya existe en otros países de nuestro entorno o como muchas asociaciones de artistas de otros países están desarrollando. Es el momento de avanzar con esto. (http://antimuseo.blogspot.com/2019/05/los-honorarios-de-los-artistas.html)
También debemos contar con los partidos de la oposición, que pueden ayudarnos a dar forma legal a nuestras propuestas y apoyarlas en el Pleno o en la Asamblea. Pilar Perea y Jazmín Beirak, de Más Madrid, se han mostrado dispuestas a escucharnos y colaborar desde que empezó la pandemia.
IV
A nivel estatal, es necesario sin duda mantener la comunicación con el Ministerio de Cultura, pero como ya hemos explicado no creemos que se pueda esperar mucho. El dinero no está allí, sino en AC/E, dependiente de Exteriores, y el Reina Sofía, que es un organismo autónomo. Es el momento de que los generosos presupuestos de AC/E, que se dedican a una promoción internacional que ahora ni es posible ni tiene sentido, reviertan en los creadores de toda España. Y sería también el momento de que el Reina abandone su ya tradicional postura de desprecio e ignorancia hacia el arte español y lidere las políticas de recuperación que necesitamos todos. Pero para llegar a esto quizás hagan falta cambios importantes en su organigrama.Otras instituciones que también dependen de Exteriores, como el Instituto Cervantes y la AECID, podrían colaborar activamente en un Plan postCovid19 para las Artes Visuales.
El diálogo con las instituciones nacionales debe estar coordinado entre las distintas asociaciones de artistas de cada comunidad y con la Unión. En Madrid no hay en realidad una asociación de artistas, AVAM hace mucho que no sirve para nada y ahora permanece en silencio, por lo que sería imprescindible crear el órgano de interlocución horizontal que hemos descrito en el punto II.
V
Si fuésemos capaces de organizar todo lo anterior, deberíamos fijar objetivos claros y de consenso. Podemos luchar por los mínimos, por aquello que nos interesa a todos con independencia de nuestras afinidades estético-políticas y de nuestro estatus profesional. Esta fue una de las premisas de la Plataforma, y así se consiguió reunir a más de 50 asociaciones activas en Madrid y casi doscientos artistas a título individual. Lo que no podemos, en la presente situación, es enzarzarnos de discusiones filosóficas, proyectos megalómanos o propuestas excluyentes. Las herramientas que nos ofrece la Ley son limitadas y deficientes, pero tampoco es el momento de cambiarlas, sino de transformar la relación que hemos tenido hasta ahora con las administraciones. Del éxito en este objetivo podrán venir otras mejoras.A partir de ese momento instituyente podremos crear grupos de trabajo centrados en los temas que se hayan acordado, así como en funciones específicas: redes, análisis legal, estudio de modelos europeos, etc.
Datos del Observatorio de las Artes de Madrid:
Foro del grupo: https://groups.google.com/forum/#!forum/observatoriodelasartes
Correo: observatoriodelasartes@gmail.com