AYUDAS A LA DESTRUCCIÓN (DE LA CULTURA)

Tengo cierta sensación de impotencia, de la inutilidad de un artículo más, al empezar estas líneas. Tres años de trabajo en este blog, todo lo que ha hecho la Plataforma por el Fondo para las Artes, todas las reuniones y broncas con las administraciones públicas locales, han servido para poco. Quizás hayamos evitado que las ayudas a la creación se dirijan exclusivamente a alimentar la amplia red clientelar del Ayuntamiento y se distribuyan de una manera más amplia en el tejido creativo de Madrid. Sin duda gracias a la Plataforma muchos proyectos impulsados por artistas jóvenes han tenido acceso a recursos públicos por primera vez —son proyectos que no existían en la época de las Ayudas de Matadero— y eso es todo un éxito en esta ciudad, donde el pastel siempre parece estar repartido entre unos pocos.

También he ido postergando un comentario más personal sobre las Ayudas a la Creación porque yo no la obtuve. Mi proyecto, como el de otros compañeros de mi generación, quedó a pocos puntos del aprobado. Al menos media docena de artistas de media carrera “suspendimos”, todos con una nota alrededor de 45 puntos. Entiendo que el Ayuntamiento ha querido mandar un mensaje: “arte es lo que las autoridades dicen que es arte”. No es noticia, desde el siglo XIX los políticos se han aplicado a un trabajo de destrucción[1] sistemática del arte español, donde los madrileños nos hemos llevado siempre la peor parte. Cuando los políticos establecen el canon, el arte que se ve es malo, muy malo, y el bueno no se ve aunque sigamos haciéndolo. Y cuando un jurado en el que la mayoría de los votos está en manos de funcionarios y otros cargos públicos decide excluir a artistas cuya obra, la verdad, no están capacitados para juzgar, es que se pretende manipular ese “canon” para adaptarlo a un determinado discurso.

Por otra parte, no quiero que mi crítica se interprete como revanchismo, y tampoco dudo que a la hora de denegarme la ayuda hayan tenido en cuenta que así podrían contestarme, diga lo que diga, con este argumento. He discutido bastante con las dos responsables del desaguisado —Getsemaní de San Marcos y Azucena Klett— como para no prever sus movimientos. Por eso esperé a que la Plataforma emitiese su propia valoración[2], que ha quedado sin concluir, ya que el Ayuntamiento no nos ha facilitado la información que reclamábamos para poder analizar con más precisión los desajustes de la convocatoria, y esperé luego a reunirme[3] con las concejales de la oposición, con el fin de buscar las vías de diálogo institucional que ahora mismo nos niega el equipo de cultura dirigido por de San Marcos.

Las reuniones con las concejales de PSOE y Ciudadanos —entiendo que al PP no le interesa la cultura— han sido muy útiles, no sólo por la buena respuesta de ambas, sino porque nos han ayudado a concretar las demandas y a buscar una formulación viable. No voy  repetir aquí las críticas que hemos publicado ya, ni voy a profundizar en la abyección del comportamiento institucional. No es necesario, y quienes asistieron a las reuniones de septiembre de 2017 han visto como nos llamaban idiotas a la cara (“lo que pasa es no habéis entendido la convocatoria, pero está muy bien hecha”), o como nos han mentido una y otra vez y han ignorado todas y cada una de las sugerencias y propuestas emanadas de la sociedad, incluidas las que se plantearon en sus Laboratorios.

Por si se atreviesen a decir, mintiendo una vez más, que han seguido las recomendaciones de los Laboratorios, aviso que conservo la relatoría del dedicado a las Ayudas, que muy oportunamente han retirado de la WEB con todas las demás, al mismo tiempo que convocaban una reunión para formar el Consejo de la Cultura de Madrid. La conservo debidamente subrayada y comentada, de manera que puedo probar que hubo un rechazo expreso a la idea del “retorno social de la obra de arte”, entre otras cosas.

A todo el desastre se suma ahora la pésima gestión de las Ayudas: a estas alturas sólo están confirmados 39 beneficiarios, de los 98 provisionales, y no se ha realizado ningún desembolso. Los artistas, que aplicaron para solicitar fondos para proyectos por realizarse, han tenido que adelantar ellos el dinero (en ocasiones endeudándose) o han tenido que reducir sus proyectos al mínimo, porque van a tener que producirlos en dos meses, en el mejor de los casos. El plazo de ejecución de los proyectos subvencionados acaba el 30 de junio. El artista, de nuevo, financia a la institución. Porque el Ayuntamiento no va a dejar de proclamar que las Ayudas han sido un éxito y que ha repartido un millón y medio de euros entre creadores y gestores. Lo que no va a decir es que estos creadores y gestores han funcionado como banca privada del Ayuntamiento, financiando por adelantado sus políticas, pero sin cobrar intereses. El peso de la financiación de las políticas culturales recae, una vez más, sobre los más vulnerables: “Tú adelanta el dinero, que ya te lo devolveremos”.

Los beneficiarios de Ayudas a Festivales han recibido hoy mismo la confirmación definitiva, tres semanas después de que terminase el plazo de ejecución de los proyectos, que era el 31 de marzo. ¿Pueden pagar facturas emitidas después del 31 de marzo? La información al respecto es muy confusa, porque se mezclan las fechas límite de ejecución y de justificación, que son conceptos muy diferentes. Los que empiecen a contratar servicios y pagar honorarios cuando reciban el dinero, puede que dentro de un mes, se arriesgan a que luego sus facturas sean rechazadas por estar fuera de plazo, con lo que tendrían que devolver el importe de su bolsillo. Un miembro de la Plataforma se preguntaba hoy si no es mejor rechazar la subvención. La verdad es que estamos a ciegas, y es mejor perder un proyecto que verse con una deuda de decenas de miles de euros con el Ayuntamiento, que crecerá a un ritmo enloquecido con los gastos de gestión que le imputen y los intereses de demora.

Y un nuevo temor aparece en el horizonte: ¿si no fuesen capaces de terminar todos los trámites de las Ayudas a la Creación antes de que prescriba el plazo legal? Llegado un punto, si la flamante Dirección General de Actividades Culturales no ha conseguido publicar la lista definitiva de concesiones, la subvención se cancela automáticamente. Ni un euro para nadie. Y los que hayan adelantado dinero, que se busquen la vida. La primera vez que alguien, en una reunión, comentó esta posibilidad, yo dije que eso era absolutamente imposible. Pero ha pasado un mes desde entonces, se acercan las festividades del 2 y el 15 de mayo, que absorberán a todo el personal de dicha dirección general, y el reloj no se para. Muchos artistas están asustados por esta posibilidad, y tienen motivos. En cualquier caso, lo que está pasando con los Festivales es muy grave y puede ser un anuncio de lo que se les viene encima a los de Creación.

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Vayamos a las soluciones para el futuro: podemos esperar, por la línea de conducta que Getsemaní de San Marcos ha seguido hasta ahora, que retrasen la convocatoria de las próximas ayudas hasta el límite, para evitar el debate y su necesaria reforma. De esta manera nos enfrentaremos de nuevo a hechos consumados, y una vez más nos dirán que en la próxima ya se arreglará todo. Hay que tener en cuenta que si las convocan, que incluso lo dudo, querrán que todo esté acabado antes de mayo de 2019, cuanto habrá elecciones locales. Por este motivo creo que sería útil que haya un amplio acuerdo para reformar los siguientes puntos, que considero más o menos obvios:

En general:
  1. Establecimiento de una BECA o PREMIO, que permita a los creadores dedicar el dinero a su propio mantenimiento o a los gastos que realmente requiera su trabajo.
  2. Plazos para el pago establecidos desde la convocatoria de las ayudas, de manera que los beneficiarios sepan cuando van a disponer de los recursos y puedan programar sus actividades de acuerdo con sus posibilidades.
En las Ayudas a la Creación:
  1. Eliminación de la línea C: Red Urbana de Residencias en Red. Madrid Destino cuenta con 100 millones de euros para desarrollar sus proyectos, y ya hay programas de residencias en algunos centros. Si quieren invertir más en este sentido, es bienvenido, pero con su dinero.
  2. Distribución presupuestaria de las líneas A, Creadores, y B, Agentes Cuturales, de manera que haya cantidades predeterminadas para cada una, debiendo tener mayor presupuesto la de Creadores.
  3. Posible división de la línea A, Creadores, por disciplinas, para separar los jurados.
  4. Eliminación del criterio de “Retorno social” en la valoración. Esto se ha argumentado en los documentos antes citados (valoración ayudas e informe reuniones)
  5. Mayor valoración del criterio de “Trayectoria”, claramente infravalorado en las ayudas de 2017.
Por otra parte es necesario un debate sobre los siguientes puntos, que no son tan obvios:
  1. Ayudas a espacios de creación contemporánea: no se han concedido los 600.000 euros asignados a esta ayuda, creo que sólo 400.000. Es necesaria una reformulación, porque si no lo único que habrá es una reducción de presupuesto.
  2. Jurados y procedimiento de votación: en Creación el jurado tuvo mayoría de votos de la institución (5 contra 4 independientes). Además sólo había un independiente por “sector”, de manera que especialistas en danza debían juzgar proyectos de arte contemporáneo, por ejemplo. Hay que elaborar una propuesta viable, que puede partir de la separación por disciplinas.
Obviamente hay muchos más problemas, pero si somos realistas y queremos que haya una segunda edición de las ayudas, es preferible que reduzcamos nuestras reivindicaciones a lo esencial.

Tras la publicación del Informe de las Reuniones con las concejales de PSOE y Ciudadanos sólo ha habido respuesta de AVAM, aunque sin proponer fecha para una reunión. Es necesario que las asociaciones interesadas en mejorar estas ayudas, o la Mesa Sectorial si aun existiese, se reúnan lo antes posible para enviar una propuesta conjunta.

Hay que decir que ni AVAM, ni MAV, ni el IAC, ni el Consejo de la Crítica (no recuerdo si hay otras asociaciones en la Mesa) han compartido sus conclusiones sobre las Ayudas ni sobre la propuesta del Consejo. Sería muy chistoso que después de que algunas de estas asociaciones hayan calificado a la Plataforma de “informal” y “no profesional”, resulte que no son capaces de redactar un informe sobre un tema que es vital para los artistas de Madrid. O será que eso es lo mucho que les importa.

Para los interesados de Madrid: Voy a buscar un lugar donde reunirnos y en breve enviaré una convocatoria a través de los grupos de correo de la Plataforma y de la Mesa Sectorial. Si hubiese demanda por parte de la comunidad artística de Madrid, creo que la reunión debería ser abierta.

Sugerencias e ideas a: plataformafondoartesmadrid@gmail.com

Y por si acaso, Getsemaní y Azucena: Dimitir no es el nombre de un artista ruso.


[1] Juan Genovés comentaba esta triste realidad hace un par de años: (minuto 6'44’’): http://cadenaser.com/emisora/2016/10/23/radio_valencia/1477221128_715308.html
[2] Documento con la valoración de las Ayudas, remitido a la Alcaldesa a través del Registro municipal: http://antimuseo.blogspot.com.es/2018/03/valoracion-y-propuestas-de-las-ayudas.html
[3] Informe de las reuniones con las concejales de Ciudadanos y PSOE en abril de 2018: https://drive.google.com/open?id=1Trs7dmYDnnQQAkbEuVX2_ZT3xjEbFU9m

UN MAL CONSEJO

Poco antes de la Semana Santa recibí una extraña invitación: el Ayuntamiento de Madrid convoca a los agentes culturales de la ciudad a formar un Consejo, no hace falta decir que de la Cultura. Mi extrañeza se debe en primer lugar a las fechas: ¿convocar la víspera de las vacaciones (23 de marzo), para una reunión que tendrá lugar justo su fin, el 4 de abril1? Lo de convocar en periodo vacacional es un truco ya gastado, pero efectivo, de los gobiernos del PP —por ejemplo las ayudas a la creación en agosto—, que sirve para que nadie que no esté ya en el ajo pueda, por falta de tiempo, participar en lo convocado. Tratándose, como es el caso, de un gobierno de izquierdas, que además ha buscado con ahínco la participación de los ciudadanos, pues me ha producido extrañeza. No porque intuya obscuras maniobras, sino que no hayan pensado en la inconveniencia de este proceder, que provoca una inevitable comparación con aquellos de quien más querrían diferenciarse.

El segundo motivo de extrañeza es que el Ayuntamiento haya decidido cómo debe organizarse la sociedad civil para tener voz en las políticas culturales. Es decir, no es la sociedad la que se ha organizado y reclama, bajo sus propias condiciones, la participación, sino la autoridad quien presupone, organiza e institucionaliza esta necesidad. Y quien pone las condiciones, que las habrá. Es de nuevo un comportamiento poco consistente con una ideología progresista, o simplemente democrática, donde los procesos instituyentes, como dicen los pedantes al uso, deberían fluir de abajo a arriba, y no al revés.

La idea del consejo, por otra parte, es viejuna, poco realista y con toda seguridad inútil. Ya hay uno en la Comunidad de Madrid, formado por las mismas asociaciones que entrarían en este nuevo, y tiene tan poco efecto que mucha gente se estará sorprendiendo al saber de su existencia por estas líneas. Pues sí, el mismo Consejo que NO abrió un gran debate cuando Aguirre ubicó el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid en Móstoles, el mismo que NO ha dicho esta boca es mía cuando Cifuentes ha dotado 216.000.000 euros para subvenciones nominativas2 (sí, doscientos dieciséis millones), parte de los cuales se destinan a un confuso ámbito cultural, y menos de un millón a ayudas a la creación en convocatoria pública. El mismo que NO ha puesto en evidencia la ausencia de un proyecto cultural en nuestra Comunidad Autónoma, NI la falta de ideoneidad del consejero, Jaime de los Santos, NI la escasez del presupuesto destinado a artes visuales: 6.000.000 en 2017, según he oído comentar a un responsable de la casa. Poco más que la subvención nominativa a la Fundación de la Energía, 4.575.000 €, donde comparten patronato, en ese obscuro matrimonio que hay entre política e Eléctricas,  la CAM y las principales compañías del sector energético.

Con estos mimbres vamos a armar nuestras políticas culturales. En el Consejo, las artes visuales estarán representadas por una “mesa sectorial”3 que se formó hace meses a instancias, una vez más, del Ayuntamiento. Hubo una sola reunión, donde me pareció que se trataba sobre todo de repartirse el pastel. Nadie informó luego de las reuniones oficiales y si te he visto no me acuerdo. En aquella reunión, primera y última, los representantes de la Plataforma descubrimos con gran sorpresa que no éramos bienvenidos, e incluso se cuestionó nuestra participación en la mesa, por las siguientes razones:
  1. Que las estructuras políticas informales carecen de legitimidad para ser interlocutoras de las administraciones públicas. Suena a facha, pero una de las asociaciones lo ha planteado tal cual y en varias ocasiones.
  2. Que la llamada escena alternativa no es profesional. Este argumento también lo oí con frecuencia en los 90, antes de que los mismos que lo esgrimen tuviesen que ponerse a escribir sobre Santiago Sierra, los Torreznos, o incluso Isidoro Valcárcel Medina, entre otros muchos artistas que han podido desarrollar su carrera gracias a la existencia de una escena alternativa, no al trabajo de estas mismas personas en las instituciones.
  3. Que hemos roto el equilibrio de poder en un sistema donde todos estaban tan a gusto y cada cual recibía lo suyo. Esto en realidad no lo dijo nadie, pero a veces hay gente que piensa tan alto que uno tiene que taparse los oídos.
Lo cierto es que el Consejo de la Cultura no va a servir para nada, más que para que algún listillo arañe lo que pone a disposición la proximidad con el poder. No tiene sentido que haya un consejo en el Ayuntamiento y otro en la Comunidad, menos cuando constarán ambos de los mismos miembros. Pero como son órganos “producidos” por la institución, y no emanados de la sociedad a través de procesos democráticos, que es lo que les daría legitimidad, cada administración se lo ha cortado a medida, como un buen traje que disimula lo menos bonito de nuestras anatomías.

Dada la sagacidad del equipo municipal de cultura, me extraña, otra vez, que no hayan reparado en todos estos inconvenientes. Si quieren un órgano que facilite el diálogo entre la sociedad y el gobierno local, el Consejo va a tener el efecto contrario. Si en la capital gobernase el PP, pensaría que en realidad la función del Consejo, como pasa en la Comunidad, es servir de pantalla entre un gobierno que hace políticas culturales en contra de la cultura y una comunidad creativa que está muy cabreada. Se diluye así la queja, se fragmenta el frente y se negocian cooptaciones, se margina a los bocazas (como yo) y el Consejo acaba actuando como la policía blanda de un poder corrupto. Además muchos de los miembros del Consejo no son particulares propiamente dichos, sino funcionarios o trabajadores contratados en instituciones públicas. Es decir, son parte de esa arquitectura institucional a la que un Consejo estrictamente civil debe servir de contrapeso.

Pero no es el PP, sino Ahora Madrid, de modo que pensaré que lo están haciendo con la mejor intención y que, llegado el momento, se sorprenderán de que no haya servido para nada. Porque este consejo lo que va a ser es un mal consejo.

Para terminar, y para compensar, yo les ofrezco un buen consejo: que el acta, decreto o el como se llame fundacional, lo impriman en papel higiénico, para que así, llegado el momento, podamos encontrarle su utilidad.

1 Para más datos, a las 16h en el auditorio La Caja de Música en CentroCentro. Se supone que es una reunión abierta, pero en la invitación piden confirmación de la asistencia.
2 https://www.elconfidencial.com/espana/madrid/2017-12-07/subvenciones-nominativas-cifuentes-madrid-2018_1488943/
La fundación está dirigida por una exdiputado del PP, según la nota de prensa citada. Por cierto, la propuesta del Fondo para las Artes de Madrid, que podría tener la misma forma legal que esta fundación, fue rechazada por Jaime de los Santos y Antonio Sánchez Luengo porque no existe un marco legal para algo así.
3 Hay una mesa sectorial nacional que publicó hace meses un documento con reivindicaciones. Lo comenté con mucha gracia en su momento: http://antimuseo.blogspot.com.es/2015/06/un-arte-espanol-sin-artistas-espanoles.html
Sus miembros coindicen en gran parte con los de la mesa de Madrid.

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