¿Qué ha ocurrido? ¿Qué ha podido acallar los debates y dispersar los frentes? ¿Qué ha silenciado a los artistas? ¿Por qué no hay una plataforma para salvar las ayudas a la creación, que ya estaban aprobadas y no se han convocado? ¿Por qué nadie se moviliza contra el “Museo de la Movida”, en la única capital de Europa que carece de su propio museo de arte contemporáneo? ¿Por qué no ha llegado hasta nosotros la reivindicación del pago a los artistas, que es un debate que ya está en las instituciones europeas? ¿Por qué, si todos compartimos el sentimiento de naufragio, nadie dice nada? ¿Qué ha ocurrido?
Que ha ganado el PP.
Y todos sabemos que con la izquierda se discute, se polemiza. Que ante un gobierno progresista se reivindican los derechos. Que hablas de tú a tú con los concejales y consejeros. Que las broncas se superan, los agravios se olvidan y el diálogo siempre continúa.
Pero con la derecha no es así. Con el PP conviene adoptar una actitud humilde, un aire contrito, de buen cristiano que confía su futuro a la generosidad de los poderosos. Organizar frentes, plataformas, movilizaciones, no es buena idea. Hay que dejar el heroísmo para los grandes temas —el fin del Capitalismo, el cambio climático, el colapso de nuestra civilización— y aplicar la picaresca al día a día. Cada uno a lo suyo, compitiendo entre nosotros. Porque si un artista actúa así, a escondidas, con una razonable dosis de miedo, al final consigue su exposición, el presupuesto para el proyecto, el apoyo imprescindible para viajar fuera de España. Pero lo recibe como una gracia. No es un derecho, sino un favor que te hacen y que pueden dejar de hacerte. Por eso a la derecha no le gusta la convocatoria pública. Porque es reconocer el derecho de todos los ciudadanos a acceder a los recursos públicos en igualdad de condiciones y a participar en el diseño y ejecución de las políticas culturales.
¿Ha leído alguien los programas del PP y Ciudadanos? ¿O los acuerdos de gobierno? ¿No vamos a discutir el matrimonio forzoso entre cultura y turismo? Haré un resumen:
AYUNTAMIENTO
El programa del PP dice, punto 148, que “Favoreceremos la creación de empresas culturales y potenciaremos los espacios de producción artística”. Es decir, van a apoyar al tejido empresarial y gestor del arte, pero no la creación. Tendremos estructuras de difusión y producción, pero no creadores. Una curiosa paradoja. ¿O es que vamos a decantarnos definitivamente por la importación de artistas? Esta idea estaba ya sugerida en aquel documento de la Mesa Sectorial de 2015, todo hay que decirlo.
También aseguran, punto 149, que: “…retomaremos las actividades de arte contemporáneo, al máximo nivel de Matadero Madrid”. Esta frase, que parece tener una coma mal puesta, en realidad está bien redactada, porque sin duda la idea no es alcanzar el máximo nivel con las actividades artísticas, sino conformarse con el mejor que haya alcanzado Matadero, que bueno, es lo que es.
Y por supuesto, arte joven: “154. Volveremos a convocar el certamen de jóvenes creadores”. Las instituciones se alimentan de carne joven, ya lo sabemos, pero la experiencia se va a acumulando en nuestra conciencia colectiva, y también sabemos que las políticas de apoyo al arte joven, sin continuidad en las siguientes etapas, no sirven para nada. La eterna promesa de futuro que nunca se realiza acaba por cansar. Tal vez haría falta una medida extrema, innovadora, como la que propuso Jonathan Swift para acabar con el hambre un Irlanda: algún sistema de exterminio productivo de los artistas cuando alcanzan los 35 años.
El programa de Ciudadanos también estuvo bien surtido, pero dejar entrever cierto desconocimiento de la realidad artística. La primera ocurrencia es la creación de un Museo de la Movida Madrileña, punto 155, que es justo lo que estamos necesitando. Espero que incluyan una sección de la historia de los yonkis y un diorama de la carga policial en el Dos de Mayo en los carnavales de 1983.
También es interesante, punto 156, la idea de crear un museo de escultura al aire libre con los fondos del Museo de Arte Contemporáneo. ¿Qué museo? ¿Habrán visitado el así llamado que se aloja en el Conde Duque? O la ambición, 157, de “convertir El Matadero en la punta de lanza de la modernidad artística y cultural de Madrid, comprometido con la vanguardia pero sin renunciar a recuperar el público perdido en estos últimos años”. Cuando se da por hecho que vanguardia —lo que quiera que sea eso— y público son vectores opuestos, el proyecto se puede dar ya por fracasado. Pero suerte con eso, porque siempre que una administración pretende ser “punta de lanza” acaba por convertirse en “bolo de cachiporra”.
Para acabar, y no cansar, el punto 159 no tiene desperdicio: “Vamos a mejorar los museos municipales, una de las principales señas de identidad de Madrid. Ampliaremos el Museo de Arte Contemporáneo, mostrando y sacando a la luz las más de 6.000 obras en depósito, y lo convertiremos en la casa del pintor madrileño”. A ver, los museos municipales no son una seña de identidad de Madrid. Lo son el Prado, el Reina, el Thyssen… Quizás hay centros culturales que se han labrado un nombre, como CentroCentro o Matadero, pero no museos. Lo de ampliar el Museo de Arte Contemporáneo, yo mejor lo dejaría, pero lo que me ha fascinado es que vaya a ser “la casa del pintor”. ¡Del pintor! Esto no se les ocurre ni a los de VOX, que en su programa sólo hablaban de protección del patrimonio cultural y defensa de las tradiciones.
En el acuerdo de gobierno se conservan las propuestas del Museo de la Movida, punto 70, y lo de la “punta de lanza”, 71, que mucho me temo va a acabar clavada donde más nos duela.
También aseguran, punto 149, que: “…retomaremos las actividades de arte contemporáneo, al máximo nivel de Matadero Madrid”. Esta frase, que parece tener una coma mal puesta, en realidad está bien redactada, porque sin duda la idea no es alcanzar el máximo nivel con las actividades artísticas, sino conformarse con el mejor que haya alcanzado Matadero, que bueno, es lo que es.
Y por supuesto, arte joven: “154. Volveremos a convocar el certamen de jóvenes creadores”. Las instituciones se alimentan de carne joven, ya lo sabemos, pero la experiencia se va a acumulando en nuestra conciencia colectiva, y también sabemos que las políticas de apoyo al arte joven, sin continuidad en las siguientes etapas, no sirven para nada. La eterna promesa de futuro que nunca se realiza acaba por cansar. Tal vez haría falta una medida extrema, innovadora, como la que propuso Jonathan Swift para acabar con el hambre un Irlanda: algún sistema de exterminio productivo de los artistas cuando alcanzan los 35 años.
El programa de Ciudadanos también estuvo bien surtido, pero dejar entrever cierto desconocimiento de la realidad artística. La primera ocurrencia es la creación de un Museo de la Movida Madrileña, punto 155, que es justo lo que estamos necesitando. Espero que incluyan una sección de la historia de los yonkis y un diorama de la carga policial en el Dos de Mayo en los carnavales de 1983.
También es interesante, punto 156, la idea de crear un museo de escultura al aire libre con los fondos del Museo de Arte Contemporáneo. ¿Qué museo? ¿Habrán visitado el así llamado que se aloja en el Conde Duque? O la ambición, 157, de “convertir El Matadero en la punta de lanza de la modernidad artística y cultural de Madrid, comprometido con la vanguardia pero sin renunciar a recuperar el público perdido en estos últimos años”. Cuando se da por hecho que vanguardia —lo que quiera que sea eso— y público son vectores opuestos, el proyecto se puede dar ya por fracasado. Pero suerte con eso, porque siempre que una administración pretende ser “punta de lanza” acaba por convertirse en “bolo de cachiporra”.
Para acabar, y no cansar, el punto 159 no tiene desperdicio: “Vamos a mejorar los museos municipales, una de las principales señas de identidad de Madrid. Ampliaremos el Museo de Arte Contemporáneo, mostrando y sacando a la luz las más de 6.000 obras en depósito, y lo convertiremos en la casa del pintor madrileño”. A ver, los museos municipales no son una seña de identidad de Madrid. Lo son el Prado, el Reina, el Thyssen… Quizás hay centros culturales que se han labrado un nombre, como CentroCentro o Matadero, pero no museos. Lo de ampliar el Museo de Arte Contemporáneo, yo mejor lo dejaría, pero lo que me ha fascinado es que vaya a ser “la casa del pintor”. ¡Del pintor! Esto no se les ocurre ni a los de VOX, que en su programa sólo hablaban de protección del patrimonio cultural y defensa de las tradiciones.
En el acuerdo de gobierno se conservan las propuestas del Museo de la Movida, punto 70, y lo de la “punta de lanza”, 71, que mucho me temo va a acabar clavada donde más nos duela.
COMUNIDAD
El PP publicó un “manifiesto”, no un programa propiamente dicho, donde la cultura ocupa media página (45) y no se detallan medidas concretas. Vale la pena destacar el siguiente párrafo:
“La promoción de las artes escénicas, el cine, los museos y el adecuado equilibrio entre la cultura clásica y la creación contemporánea serán prioridad, poniendo especial énfasis en el apoyo a los creadores”. Es preocupante que siga viva esa idea de un equilibrio entre la cultura clásica y la contemporánea. Me recuerda a la “modernidad sin estridencias” de los años veinte en Madrid, que dio tan pobres frutos. Pero hay que tomar nota de la segunda parte, el apoyo a los creadores. Esta es una función de la Comunidad Autónoma, antes que del Ayuntamiento, y desde la aprobación del estatuto de autonomía en 1983, ha habido una dejación completa por parte de los sucesivos gobiernos, que al cabo de 36 años nos ha conducido a una situación desoladora. Veremos si Marta Rivera de la Cruz está dispuesta a cumplir esta promesa, aunque sea sin estridencias.
El programa de Ciudadanos incluye por el contrario medidas muy concretas, pero no siempre fáciles de entender. Por ejemplo (126), “intervenciones culturales en el Metro de Madrid”. Miren, no hay ninguna necesidad.
O la creación de un “Centro de Alto Rendimiento Artístico destinado a la formación de los artistas más prometedores de la escena nacional e internacional” (131). Estoy de acuerdo en que en Madrid hacen falta programas de formación no reglada para artistas, como lo de Madrid 45 pero con recursos e invitados internacionales, ¿pero cómo consigues esos artistas tan prometedores? ¿Y es necesario crear un nuevo “centro”?
La idea más acertada es promover la famosa ley de Mecenazgo (124), pero depende del gobierno central.
En el acuerdo de gobierno se habla de nuevas infraestructuras culturales (119), es decir, dinero para los contratistas a cargo de los artistas, y del Centro de Alto Rendimiento Artístico. No se mantiene la idea de apoyar la creación, aunque curiosamente se prevé dotar becas para deportistas. Quizás, apoyándonos en aquella idea de que todo esfuerzo que no da dinero no es trabajo, sino deporte, los artistas podamos conseguir alguna de estas becas.
“La promoción de las artes escénicas, el cine, los museos y el adecuado equilibrio entre la cultura clásica y la creación contemporánea serán prioridad, poniendo especial énfasis en el apoyo a los creadores”. Es preocupante que siga viva esa idea de un equilibrio entre la cultura clásica y la contemporánea. Me recuerda a la “modernidad sin estridencias” de los años veinte en Madrid, que dio tan pobres frutos. Pero hay que tomar nota de la segunda parte, el apoyo a los creadores. Esta es una función de la Comunidad Autónoma, antes que del Ayuntamiento, y desde la aprobación del estatuto de autonomía en 1983, ha habido una dejación completa por parte de los sucesivos gobiernos, que al cabo de 36 años nos ha conducido a una situación desoladora. Veremos si Marta Rivera de la Cruz está dispuesta a cumplir esta promesa, aunque sea sin estridencias.
El programa de Ciudadanos incluye por el contrario medidas muy concretas, pero no siempre fáciles de entender. Por ejemplo (126), “intervenciones culturales en el Metro de Madrid”. Miren, no hay ninguna necesidad.
O la creación de un “Centro de Alto Rendimiento Artístico destinado a la formación de los artistas más prometedores de la escena nacional e internacional” (131). Estoy de acuerdo en que en Madrid hacen falta programas de formación no reglada para artistas, como lo de Madrid 45 pero con recursos e invitados internacionales, ¿pero cómo consigues esos artistas tan prometedores? ¿Y es necesario crear un nuevo “centro”?
La idea más acertada es promover la famosa ley de Mecenazgo (124), pero depende del gobierno central.
En el acuerdo de gobierno se habla de nuevas infraestructuras culturales (119), es decir, dinero para los contratistas a cargo de los artistas, y del Centro de Alto Rendimiento Artístico. No se mantiene la idea de apoyar la creación, aunque curiosamente se prevé dotar becas para deportistas. Quizás, apoyándonos en aquella idea de que todo esfuerzo que no da dinero no es trabajo, sino deporte, los artistas podamos conseguir alguna de estas becas.
En fin, sabemos lo que nos espera, lo hemos vivido durante más de veinticinco años. Quizás algún día cambien las cosas. Mientras tanto, escuchemos el silencio…
Nota: he subido todos los documentos citados a una carpeta pública en disco virtual del Observatorio de las Artes: https://drive.google.com/open?id=1sDhMwkW0HvjycfIx9eRB3jT2INe8SkTi